Menuda experiencia la de este verano,
fue de casualidad que una mami del colegio me comentara
que su nene iba a relizar un curso de vela y bueno una cosa fue a la otra
y
plof..al agua. jajaja
Hablamos con la Directora de la escuela de vela y no vio ningún
inconveniente,
en todo momento nos animo y nos sugirió que lo intentáramos..
¡¡Podria ser una gran experiencia para el niño.!!
Y un gran día de agosto nuestro pequeño grumete se inicio en las artes del mar...
Desde el primer día se sintió ilusionado,
acudía cada mañana medio dormido, pero contento por que se iba en el barco..
El pequeñuelo no ha tenido ningún reparo al subirse al velero,
además navegaba junto a dos niños y no mostró ningún tipo de rechazo,
al contrario se le veía encantado de la vida,
Nos comentaban que se portaba muy bien, que estaba atento a las clases teóricas de la
primera hora y luego era el primero en querer subir al barco..
Todo un acierto tanto por lo importante que ha sido a nivel de conocer un nuevo deporte, como la
posibilidad de encontrarse en un medio desconocido como el mar con un barco.
Al llegar a casa se le veía roto, terminaba de comer y
acudía al momento al sofá, jajajaa.
" Y además ha cogido un bronce que ya lo quisiera para mi. "
te.
Seguro repetiremos de nuevo,
muyyyyy gratificante..